El tercer gran principio hermético, el principio de la vibración nos dice: “Nada reposa, todo se mueve, todo vibra”. Es importante comprender que todo lo que nos rodea está en constante vibración, desde el polo increado del espíritu hasta las formas de la materia extremadamente densas, de igual forma pasa con la luz, el calor, el magnetismo y la electricidad. La manifestación del pensamiento, la emoción, la razón, la voluntad, el deseo o cualquier otro estado mental va acompañado de las vibraciones y estas emanaciones al dirigirlas con una intención recrea un cambio mental y de salud por efecto de inducción.
Las variadas técnicas terapéuticas de vibración primordial que utilizamos, son llevadas con intención y voluntad precisa, dirigida hacia los centros energéticos utilizando dipolos y técnicas ancestrales hacia la integralidad (Bio-Psico-Ambiental) del ser, esto da como resultado el equilibrio y salud en el campo sutil, emocional, mental y físico.
Diego Rodríguez
Terapeuta en Ciencias Ancestrales.