Saturno es un planeta gigante, apenas mas pequeño que Jupiter al que le sigue en la órbita con un diámetro de unos 120000 kilómetros. Orbita alrededor del Sol en 29,5 años y a una distancia de éste de 1418 millones de kilómetros. A su alrededor giran cuatro anillos. Los primeros fueron vistos por primera vez en 1655 por un astrónomo holandés llamado Huygens. Los anillos muestran su cara a la Tierra cada quince años. Así mismo, Saturno tiene once satélites, que giran más allá del sistema de anillos. El más grande se llama Titán y es el mayor satélite del sistema solar.
A nivel Astrológico, Saturno representa el polo opuesto a Júpiter, mientras que el primero representa el lado alegre y expansivo de la vida, Saturno guarda relación con los sombrío y lo restrictivo. Sin embargo, son dos energías que se complementan y dan sentido a la vida. Uno puede tener una motivación, pero si no pone los límites adecuados nunca la realizará. Se dice que Jupiter es el que firma alegremente los cheques, pero que es Saturno el que los paga. Saturno tiene mala fama en Astrología, ya que anteriormente se le consideraba planeta maléfico y, en el horóscopo donde el está suele decirse que traerá problemas, limitaciones y miedos. Sin, embargo, si uno trabaja esa energía tiene un gran regalo: la fuerza personal, la construcción, la maestría. Los alquimistas trabajaban con el plomo, equivalente de Saturno, que encerraban en una vasija cerrada herméticamente y que se asaba con los fuegos adecuados en “el athanor” u horno alquímico. Cuando llegaba al nivel de densidad adecuado, sabían que estaban en el buen camino de conseguir el oro sófico.
Saturno representa ese nivel de densidad y peso, de oscuridad y caos que se produce antes de los grandes cambios en que el individuo da el salto para ser él mismo y brillar con su propio oro. Si uno no contacta con sus profundidades oscuras y depresivas nunca se transmutará ni hallará su fuerza interior.
Saturno es el llamado “guardián del umbral”, sólo si se le trabaja uno puede ser creativo y transformador; el trabajo con Saturno es mirar la sombra y la oscuridad de frente y aceptar los miedos, pero también actuar con calma, prudencia y moderación, sin precipitarse; los alquimistas no podían abrir la vasija antes de hora porque habrían estropeado su trabajo. Saturno frena y paraliza, obliga a interiorizar y a construir pacientemente a través de poner limites y ganar en fuerza y firmeza.
Mitológicamente está relacionado con el Cronos griego y el Saturno romano. Su símbolo es la guadaña, el tiempo, el anciano ermitaño que ha aprendido de la experiencia y la práctica, el que marca el devenir.
Texto: Elisenda Lluís, 1997.
Arte: Bruce Pennington, 1973